Hace dos semanas un buen amigo vino a visitarme desde Francia. El sábado pasado, ambos cogíamos un avión con dirección, primero a Hong Kong y luego a Bali. De una isla a otra.
Mi primera impresión de Indonesia fue maravillosa. Para la primera noche habíamos hablado con una chica por CouchSurfing y poder dormir en su casa y conocer un poco más de cerca Indonesia, sus culturas y sus gentes. Andi fue encantadora con nosotros. Teníamos pensado llegar a Bali y dormir (pues pensamos que estaríamos muertos de sueño), pero las ganas de conocer nos pudieron y salimos a bailar. Kuta es la mejor zona para divertirse, encontrar sitios con buena música y ver australianos por todas partes.
Por la mañana, al salir de casa de Andi nos encontramos con una familia que nos ofreció un taxi/coche para llevarnos al hotel. Las niñas eran preciosas.
Después de dejar a Mak negociar el precio, nos fuimos al hotel. Satriya Cottages es, sin lugar a dudas, uno de los mejores hoteles en los que me hospedado jamás. Unos jardines preciosos, una piscina con bar impresionante y unas habitaciones con unos baños que quitan el hipo. Además, el hotel estaba situado en pleno centro de Kuta y a solo 4 minutos andando de la playa.
La religión principal en Bali (a diferencia del resto de Indonesia que es el Islam) es el hinduismo. En casi todos los negocios, restaurantes, hoteles, casas, incluso en la misma calle se pueden ver ofrendas con galletas, flores e inciensos.
Las comidas típicas balinesas son "mie goreng" (fideos) y "nasi goreng" (arroz). Deliciosos.
Kuta es también el lugar perfecto para practicar actividades acuáticas y nosotros no pudimos resistirnos: por solo 20 euros hicimos ket ski, banana boat y parasailing. El último fue el mejor, increíble la sensación de volar y maravillosas vistas desde allí arriba.
Las playas de Bali no tienen la reputación de ser una maravilla. Sin embargo, la playa de Kuta es grande y, desde mi punto de vista, muy bonita.
Nuestro segundo día en la isla decidimos ir a ver Pura Luhur Tanah Lot, uno de los templos más visitados en la isla. Un lugar mágico. Cuando la marea está alta es muy difícil acceder al templo, nosotros nos aventuramos y nos mojamos todos, pero mereció la pena. Cuando nos íbamos, una chica se acercó y me preguntó si su amigo se podía hacer una foto conmigo, le dije que no tenía problema y de repente, toda la gente que estaba allí sacaron sus cámaras de fotos y empezaron a fotografiarnos. Al acabar, otra familia se puso rápidamente a mi lado para sacarse más fotos. Yo sonreía tímidamente y Mak me miraba con cara de "¿qué está pasando?". Fue una experiencia graciosa.
Otra buena experiencia vivida en Bali fue probar el café más caro del mundo, cagado por una civeta. Nos costó 4 euros la taza de café (cuando en Europa es increíblemente mucho más caro) y es más fuerte que el café normal.
Seguiré mañana, pues aún me quedan 2 días de viaje por contar.
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