Debido a que los todos los mosquitos e insectos de esta isla me aman, hoy por la mañana he tenido que ir al National Taiwan University Hospital.
No hace falta decir, que los hospitales aquí no se parecen en nada a los hospitales españoles. Nada más llegar estuve dando vueltas buscando donde estaba información o algún sitio donde poder preguntar qué hacer o a dónde ir. Encontré a una señora con un uniforme del hospital y le pregunté en chino si sabía hablar inglés. No tenía ni idea. Sin embargo, me llevó al lugar donde hay que registrarse. Allí, una chica que habla mínimamente inglés consiguió entender lo que me pasaba y me envió con unos papeles en chino a Dermatología. La sanidad taiwanesa es excelente una vez que sabes como moverte, pero admito que hacerlo sola fue una locura. Subí al piso donde estaba dermatología y esperé en la sala hasta que el número 31 (el que tenía en mi papel, como si aquello fuera la carnicería) apareció encima de la puerta número 2.
La médica fue muy amable y hablaba inglés bastante bien. Me miró las picaduras y me recetó algo que me está yendo genial.
Como no tenía, ni tengo aún, tarjeta sanitaria, tuve que ir a pagar la asistencia médica al primer piso. Allí, yo pensaba que me iban a dar los medicamentos, pero no me los dieron y aparecían en la factura. Me volví a acercar a una chica de uniforme y señalándole los medicamentos y la factura me envió al piso de arriba. Allí, cogí las medicinas y para casa.
Esto todo que acabo de contar en 3 párrafos me llevó más de 2 horas. Pero lo orgullosa que me siento de mí misma por haberlo hecho yo sola, eso no me lo quita nadie.
¡Que te mejores, pues! No se puede tener la sangre tan dulce... Jajajaja
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