Empezamos nuestra visita con varios templos cerca de la estación de trenes y el famoso camino de los bambus "Bamboo Forest" (en inglés). La armonía del lugar con la naturaleza era maravillosa.
Al final del camino, nos encontramos con el templo Tenryu-ji. Nos quedamos allí un montón de tiempo, mirando a nuestro alrededor y apreciando la calma que se respiraba en el lugar. Las montañas a nuestro alrededor, el agua del lago... y el maravilloso templo.
Esa noche dormimos en casa de una chica que encontramos en CouchSurfing. Era taiwanesa pero vivía en Tokyo desde hacia tiempo por motivos de estudio. Por la mañana, después de un desayuno taiwanés riquísimo preparado por ella misma, empezamos con fuerzas nuestro segundo día. No podíamos perder el tiempo... había algo que teníamos que ver o SÍ o SÍ. El templo Kinkaku-ji o templo de oro.
Hay que admitir, que la preciosidad del sitio se estropea un poco con el excesivo número de turistas, incluídos grupos de colegios, niños pequeños, etc. Aún así, es un lugar obligatorio para ver en Tokyo.
Las maico (o mujeres vestidas de geisha) son muy típicas y se pueden ver en casi cualquier sitio turístico. Eso sí, si te apetece este lujo lleva preparados tus ahorros, porque es un poco caro (para nosotras, como mochileras, era un lujo imposible).
Nos paseamos por el barrio Higashiyama. Las calles son viejas, peatonales y muy bonitas. Arriba de todo, hay varios templos y merece la pena la subida.
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Espero que os haya gustado mi breve resumen de Kyoto.
Pronto Nara y Osaka.